El blanco, el rosa y el fucsia fueron los elegidos por la pareja para dar color a su gran día. En la ceremonia, un precioso arco de flores les esperaba a su llegada al altar.
Tras conocerse trabajando juntos y salir durante un tiempo Julia y Jesús se prometieron: “El día que Jesús pidió mi mano era nuestro aniversario, el 12 de abril y llevábamos dos años juntos. Jesús se arrodilló para hacerme la gran pregunta: “¿Te quieres casar conmigo?” Mi respuesta por supuesto fue que sí, aunque le pregunté varias veces si estaba seguro que luego no había escapatoria jajaja. En ese momento estaba tan feliz que me puse a llorar como una niña de felicidad.”
“Después de más de 1 año esperando el gran día (nuestra primera fecha era el 16 de mayo de 2020), las emociones estaban a flor de piel. Además, era el primer evento que hacíamos en la familia desde antes de la pandemia y fue un momento, no solo de celebración de la boda, sino también de reencuentros entre los invitados.”
Tras visitar diferentes masías eligieron Campo Aníbal: “Cuando llegamos a Campo Aníbal… nos enamoramos del sitio. La parte de la entrada a la oficina con la combinación del blanco, el verde de las ventanas y las buganvillas, fue mágico y cuando vimos el salón y el espacio de la ceremonia, no hubo más dudas.”
El ramo que le hicimos a Julia llevaba rosas blancas, rosas amelocotonadas, rosas rosa palo, cardo azul y eucalipto.
“Si nos tuviéramos que quedar con una sola cosa, sería con el arco de la ceremonia.»
Julia y Jesús celebraron su ceremonia en la Pérgola del salón Torre en Campo Aníbal. Para la decoración, que iría después a juego con el banquete, realizamos diferentes arreglos en rosa, fucsia, blanco, verdes… los colores elegidos por la pareja. Para las flores utilizamos lisianthus, que justo empezaban su temporada, rosas, hortensias, margaritas, eucalipto, paniculata…
«Yo tenía bastante claro los tonos que quería que se utilizaran en la boda. Obviamente, lo consulté con Jesús, y a él le pareció perfecto, así que seguimos adelante. Una vez tuvimos claros los colores, empezamos a buscar diferentes formas en Pinterest y enseguida tuvimos claro qué estilo queríamos», cuenta Julia.
«Si nos tuviéramos que quedar con alguna cosa sería el arco de la ceremonia. Era precioso y hacía que en el ambiente se respirara un aire a primavera aun estando en verano«, destaca Julia.
«No hubo nada que no nos gustara y el resultado, por supuesto, inmejorable.»
Para el seating plan se decantaron por una estructura cuadrada con flores en fucsia, rosa y blanco como lisianthus, rosas o bougainvillea, y verdes que rodeaban la zona donde estaban colocadas las tarjetas.
La decoración del Salón Masía se realizó combinando centros de mesa altos en copas de cristal con búcaros bajos repletos de flor de temporada en las tonalidades escogidas por J&J. Para la presidencia confeccionamos un centro encarado con hiedra en caída. «Fue un resultado sorprendente. El contraste de colores, la variedad de flores, el tamaño de los centros, los cestos… Es que no hubo nada que no nos gustara y el resultado, por supuesto, inmejorable», explica Julia.
«Cada momento que vivimos ese día fue especial y ahora, con perspectiva, solo podemos decir que la espera mereció la pena», concluye Julia.
Decoración y ramo de novia: Flores Feliu. Fotografías: Ship Stories.
Lugar de celebración: Campo Aníbal. Vestido: Atelier Pronovias.
