Una composición que transmite paz, elegancia y una belleza que habla sin estridencias.
Esta cesta de gran formato está pensada para impresionar desde la delicadeza. La estructura vertical aporta altura y presencia, convirtiéndola en una pieza protagonista en cualquier espacio: desde la entrada de una ceremonia hasta el altar, un rincón especial de un evento o un homenaje lleno de respeto y sensibilidad.
Las flores blancas —símbolo de pureza, calma y luz— se combinan en distintos matices y texturas: desde el blanco más luminoso hasta tonalidades cremosas y nacaradas. Podemos encontrar calas esbeltas, rosas abiertas, lilium majestuosos, claveles rizados o lisianthus suaves, acompañados de verdes seleccionados que enmarcan y elevan la composición.
La disposición en altura no solo aporta verticalidad, sino también dinamismo y elegancia. Es una pieza pensada para espacios amplios o lugares donde se quiera generar un impacto visual sereno pero inolvidable.
Perfecta para quienes buscan una opción floral imponente pero delicada, cargada de simbolismo, ideal tanto para momentos de celebración como para expresar afecto, gratitud o acompañamiento. Una cesta que no solo decora: emociona.
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